Desde la ventana más alta de mi casa,
con un pañuelo blanco digo adiós
a mis versos, que viajan hacia la humanidad.
Y no estoy alegre ni triste.
Ése es el destino de los versos.
Los escribí y debo enseñárselos a todos
porque no puedo hacer lo contrario,
como la flor no puede esconder el color,
ni el río ocultar que corre,
ni el árbol ocultar que da frutos."
Alberto Caeiro
con un pañuelo blanco digo adiós
a mis versos, que viajan hacia la humanidad.
Y no estoy alegre ni triste.
Ése es el destino de los versos.
Los escribí y debo enseñárselos a todos
porque no puedo hacer lo contrario,
como la flor no puede esconder el color,
ni el río ocultar que corre,
ni el árbol ocultar que da frutos."
Alberto Caeiro
Uno le dio forma, el otro las alas. Uno con la brocha, el otro con savia. Uno en la poesía, otro en la mirada. Uno está en Sevilla y el otro en su casa. Mientras uno, con mucha paciencia, doblaba las rayas y moldeaba letras con capa y espada, el otro, sin pausa, se las desdoblaba para dibujar con ellas un toro con casta. Y aunque desde antes ya se barruntaba es ahora el día que visten las galas...
Uno es otro antes que uno. Otro es uno antes que nada. Son el Sur y el Norte, salen a la plaza...
Uno es otro antes que uno. Otro es uno antes que nada. Son el Sur y el Norte, salen a la plaza...
Portada del libro "Plaza de toros" de José Mª Jurado y Pablo Pámpano.
Publicado por Ediciones de la Isla de Siltolá.