El peso…


No quisiera decir - y no lo voy a hacer - que el peso de lo que intento cada mañana me impide entender con claridad la letra de la canción que me acompaña… No me gustaría pensar - porque intuyo que la capacidad se distorsiona cuando es más fuerte el agujero - que el peso de lo que miento mantiene a flote al ser que me respira… Puede ser que el que bombea, el que todo lo puede, siga jugando con los sentidos y se esconda bajo la almohada sin que nadie le reprenda. Tampoco es cierto que desde entonces no dé conmigo porque siempre estuve en el mismo lugar. Y a las mismas horas. Ayer vi de nuevo al extraño, ese extraño que se me parece tanto. Vagaba entre los iguales… Permanecía encadenado a las rutinas, sin oponer resistencia. Él era la rutina… una isla dentro de un gran continente. Y ha de acostumbrarse a tal condición.

Ahora tengo que hacer un esfuerzo… Saldré a buscar historias diferentes más allá de lo que alcanzo, aplicables al mundo que manejo con soltura, de risas contagiosas, de fiestas sin caretas, repletas de nimiedades, fruslerías o vaguedades, que entretengan o amenicen, que no hagan pensar porque pensar cansa, que se adapten al otro yo… Me llevará un tiempo, pero volveré…

Tengan ustedes una buena semana… o buen año si tardo un poco más, que en este instante tampoco lo sé.

2 comentarios:

ana dijo...

Engrasa la rueda que lo mueve todo, gira y vuelve pronto

alelo dijo...

Gracias Ana por venir otra vez. En ello ando. Está casi a punto.

Publicar un comentario

 
subir