Overbooking.




Sábado de madrugada. Aeropuerto de Barajas. Grazie. Prego. Buon viaggio. Dove vai? Malpensa. Tutto bene. Non lo so… Il Duomo. Vittorio Emanuele II. Il Castiglio…. Pasta, Gelatti…

Auditorio di Milano. Lleno total. E' molto bello. Il conccerto bellissimi. Mi piace ascoltare la musica… il pianoforte…







La hija que nunca tuve.


Regreso. Malpensa. Stand by. Estand qué? Sí, como en los vídeos, “estandbai” quiere decir que nos quedamos en tierra. Overbooking, ¡La cagamos, Luis, la cagamos! ¡Arráncalo por Dios! Come ha detto? Al primo mostratore… Scusa, puoi ripetere? Al primo mostratore…

Y en el primo mostratore el cabreo es monumental. Seis españoles, seis, de la ganadería de Victorino Martín… Japoneses, Polacos, Un judío de no sé dónde, Italianos, Suecos, suevos, vándalos y alanos…En tierra. No hay vuelo. Para ninguno. ¡Al suelo, todo el mundo al suelo! Han vendido más pasajes que asientos. No, no se puede viajar de pie, no insista. Facciamo un attimo… Ascolta signorina! Dove andiamo?…



Ida y vuelta a Milán: 240 euros.

Overbooking en Malpensa: Noche en hotel de cuatro estrellas, habitación individual, transporte y cena gratis. 250 euros en billetes de curso legal para cada uno como indemnización por los daños ocasionados.

¿Dónde está el negocio de Alitalia? Non capisco…


¿Qué dices?




Abc.- Pizarro muestra los graves problemas de la economía frente a un Solbes a la defensiva.

Público.- Solbes gana con comodidad.

El País.- Solbes vence a Pizarro.

Libertad Digital.- Pizarro consigue que Solbes se retrate: El PSOE nunca bajará los impuestos.

El Mundo.- Pizarro ofrece “seguridad y empleo” y Solbes cree que el PP hace “peligrar” la política social.

La Razón.- Pizarro gana el primer debate.


¿En qué quedamos? ¿Cómo queréis que creamos los seres normales que fue el encuentro? Confieso que esperaba este primer debate televisado con ilusión – aunque no sé si es la palabra correcta - . Quería conocer a Pizarro, el gran fichaje de los populares para estas elecciones. Quería ver cómo argumentaba Solbes, el gurú económico del país durante los cuatro últimos años. Y me dormí. Me durmieron la inflación, los índices, los niveles de desempleo, el grado de ocupación, la monotonía de los contertulios… Millones de datos que anestesiaron de forma cruel mi conocimiento. No sé quién ganó y quién perdió, si acaso era necesario un vencedor y un perdedor. Si sé que los periódicos tampoco lo saben. A lo mejor, algún día, nos enseñan la diferencia entre “parado” y “demandante de empleo”, que creo que son términos diferentes porque el parado puede no querer trabajar y el demandante está deseándolo. A lo mejor un día se ponen de acuerdo y utilizan los mismos raseros para medir las iguales verdades. Y nos encontramos por sorpresa que sólo hay una lista en el Inem, un índice único que mida las realidades de las cosas... Entre las posturas preparadas de antemano, los gestos innecesarios, la ingente cantidad de cifras incomprensibles y las reseñas para catedráticos de Economía Aplicada no alcancé a enterarme de casi nada. Esa fue mi verdad.


Y es que hay gente que se dedica con exclusividad a contar dinero… quizás porque no tiene otra cosa que contar. O que ofrecer. Digo yo.

Aquel lugar

Como un atado en que el vagabundo guarda su ropa y otros efectos personales, guardo en este lugar las palabras que me recuerdan lo que no quiero olvidar, lo que no debo olvidar…


Porque allí descubrí que la noche oscura tenía un color, que las estrellas se podían contar hasta que la mañana engullía su luz, que los pinos desprendían un aroma que se queda grabado para siempre en los anales, que un río podía ser capaz de arrastrar agua limpia y clara, que la naturaleza compartida es un laberinto abierto a la sabiduría y que los amigos, los verdaderos, los que te duran para toda una vida, salen de lo más profundo del corazón.


Allí me llevó un tal Francisco. Me despojó de las ropas – no podía ser de otra manera - y me dijo que le siguiera. Y le seguí. Sin más.


Y hoy, ese hombre me recordó desde el refugio donde pasa el invierno de su vida que estaba vivo y contento. Y me alegré. Por él y por mí. Por los que prestaron sus oídos. Y por los demás, que en ese momento no atendían, también.

Mi hermano en papel



Un hilo de esperanza recorre los vacíos de mi memoria, la de mi juventud perdida entre los años. Palabras nuevas impresas en un viejo papel me recuerdan que hoy vuelve a ser ayer, como casi siempre. Un papel hermano de mi pasado se reedita con aires nuevos en el último intento por conquistar corazones enquistados por las rutinas de esas vidas adultas, miserables tal vez. Palabras que vuelan de mano en mano, recogidas con cariño y esmero con la sana intención de perpetuar una figura delgada, frágil, delicada… Ahí están de nuevo los que siempre pensaron y fueron capaces de plasmar sus sentimientos u opiniones con un simple lápiz y en blanco papel, inmaculado… Y espero – deseo - que sea un verdadero empujón, un echarse al monte de verdad, un gesto sin galerías, una forma de llegar al que no está pero estuvo, al que está y entonces no pudo, al que eternamente estará colgado de nuestros interiores. Hoy, como ayer quizás, el esfuerzo melancólico de unos pocos se torna alegría en la colina del loco. Y estoy contento, y él también. Estoy seguro.


Gracias a los que lo hicieron posible.

Hoy, como ayer.



"Abajo, apartándose de la altura en que estoy en desnivelamientos de sombra, duerme al claro de luna, álgida, la ciudad entera.

Una desesperación de conciencia, una angustia de existir atado a mí mismo, rebosa por todo mí sin rebasarme, componiéndome el ser con ternura, miedo, dolor y desolación.

Un tan inexplicable exceso de angustia absurda, un dolor tan desolado, tan huérfano, tan metafísicamente mío, (...)"





Un viaje al saber

Entramos en aquel recinto agarrados de la mano. Sabía de su nerviosismo por el sudor de su pequeña extremidad. Aquellas puertas de acero nos transportaron a otro mundo, un mundo desconocido para él y relativamente nuevo para mí, a pesar de las muchas horas de juventud dedicadas a ese lugar.


Su ilusión era tremenda, incontenible. Salas de cristal que protegen del exterior contaminado a un gran número de seres humanos, porque aquello parecían ser seres humanos. Cientos de estantes que guardan celosamente el saber. Máquinas del diablo con grandes pantallas y personas hipnotizadas… Individuos de todas las edades esperando pacientemente su turno… Unos leen un periódico, otros ojean una revista... Algunos mueven los labios y cabecean en lo que parece un ritual sin sentido, religioso quizás. El silencio es total, nadie habla, nadie parece siquiera darse cuenta de nuestra presencia. Un ambiente extraordinario.


Pero él sólo quiere llegar al destino, su destino. Nos obligan a rellenar un impreso y a entregar una copia de nuestro “deneí”. ¡Ya está! Ya somos como ellos, nos han admitido en el grupo. Una pequeña tarjeta da fe de lo que digo.


Subimos a la planta superior donde se suelta de mi mano y corre a comprobar si es verdad que todo aquello es para él, si aquel mundo de sueños que ahora está a su alcance es para él. Primero coge un ejemplar. Luego otro. Luego una extraña caja con lo que parece ser una película infantil. Sale corriendo y pregunta a una señora - debe ser la encargada de aquella planta - si se los puede llevar a casa. La sonrisa recorre su cara de este a oeste cuando le contesta que sí, pero que en unos días tendrá que devolver lo que se ha llevado para que otros puedan dar rienda suelta a sus sueños.


Permanecimos más de dos horas en silencio. Él leyendo. Yo mirándole. Era sábado por la tarde y aquel lugar estaba repleto de niños. Y de padres. Y de abuelos… Con su carnet en una mano y la promesa de volver durante la semana logré por fin arrancarle de la sala infantil de la Biblioteca Pública.


NOTA DEL AUTOR, QUE SOY YO: No sé quién o quiénes son los responsables de aquello y de la apertura sabatina y dominical del lugar, pero si en todas las cosas públicas se pusiera el empeño y el cariño que se ha puesto en la reforma y adaptación de esa Biblioteca creería que los políticos valen para algo, creería en un futuro mejor.


Noli me tangere...


A MI PATRIA

Regístrase en la historia de los padecimientos humanos un cáncer de un carácter tan maligno que el menor contacto le irrita y despierta en él agudísimos dolores. Pues bien, cuantas veces en medio de las civilizaciones modernas he querido evocarte, ya para acompañarme de tus recuerdos, ya para compararte con otros países, tantas se me presentó tu querida imagen como un cáncer social parecido.


Deseando tu salud que es la nuestra, y buscando el mejor tratamiento, haré contigo lo que con sus enfermos los antiguos: exponíanlos en las gradas del templo, para que cada persona que viniese de invocar a la Divinidad les propusiese un remedio.


Y a este fin, trataré de reproducir fielmente tu estado sin contemplaciones; levantaré parte del velo que encubre el mal, sacrificando a la verdad todo, hasta el mismo amor propio, pues, como hijo tuyo, adolezco también de tus defectos y flaquezas.

José Rizal, 1886.
De la novela Noli me tangere.


Todo lo escrito por aquel filibustero debía desaparecer. Nadie debía leer aquello. Un gobierno corrupto y en picado no puede consentir que un muchacho le diga cómo se tienen que hacer las cosas, no es necesario que le recuerde unos defectos que no reconocerá jamás como propios.

Las copias del libro, sin embargo, circulaban de contrabando, de casa en casa, de mano en mano… Al escritor rebelde aquello le sobrepasaba y alegó en su descargo que sólo quería paz, pero aquel texto era la simiente, la excusa perfecta, para una revolución ganada de antemano. Así lo entendieron ellos, así lo comprendió el Katipunan y sus movimientos anticlericales. Así lo prepararon desde Washington.

España se despeña “con los ojos vendados” y pierde sus Colonias en diciembre de 1898. Se cuenta que junto al Tratado de París había un original de aquella novela… A partir de ahí Filipinas da la espalda para siempre a la que fue su madre.

“… Mi libro hizo mucho ruido, por todas partes me preguntan acerca de él. Quisieron excomulgarme debido a él. . . Soy considerado alemán, espía, un agente de Bismarck, dicen que soy un protestante, masón, hechicero, un alma maldita. Se susurra que deseo montar planes, que tengo un pasaporte extranjero y que vago a través de las calles por la noche... “

José Rizal fue primero exilado a Mindanao, posteriormente encarcelado por incitar a la rebelión y finalmente, en 1896, con 35 años de edad, tras la firma por el General Polavieja de la sentencia que le condenaba, ejecutado en Manila por traición a la Patria y sedición.


Porque un libro puede cambiarlo todo…

El paro


Voy de cabecera en cabecera, de titular a titular, salto de uno a otro sin darme cuenta. Nada, que no me entero... “El fin de los contratos de Navidad afecta negativamente la capacidad de generar empleo”, dice un periódico. Un buen dato, sí señor. La capacidad de generar empleo es la que tiene la culpa de que la gente se quede sin trabajo. ¿Acaso no es la campaña de Reyes, entre otras miles de cosas, la que tiene la culpa? Todos los años, para atender la lluvia compulsiva de “regalantes” desesperados y otras especies raras que todavía creen en Papá Noel y en la magia de la Navidad, se contratan a tropecientos individuos para esa campaña y después… después a la calle, como siempre. Nada nuevo bajo el sol.


Sigo… “El paro crece en Extremadura la mitad que en el resto de España”. La noticia pretende ser positiva, pero me da la sensación - una ligera sensación, eso sí - de que no lo es porque aunque parece bueno que en Extremadura sólo crezca la mitad que en el resto de España - ¡somos los mejores! -, lo único cierto es que el desempleo ha crecido. Y más que otros eneros. Aunque, eso sí, la mitad que en los demás sitios. ¡Que se fastidien los demás! Aquí el que no se consuela es porque no quiere…


El tercer periódico sigue sin aportarme nada: “La confianza de los consumidores, la más baja desde el 2004”. Y digo yo: ¿para qué vale la confianza de los consumidores? ¿Acaso nos tienen en cuenta alguna vez? ¿Soy yo un consumidor digno, padre? ¡Ah!, los consumidores deben ser unos seres humanos que han engrosado últimamente las listas del paro y allí, en esa lista, se han vuelto unos desconfiados. No es para menos. ¡Será posible!


El cuarto diario sí me da parte de la clave que estoy buscando: “El paro registra su peor mes de enero del último cuarto de siglo”. Ahora sí, ahora el paro ha bajado. Seguro. ¿No? Si es el peor dato es que hay menos desempleo o ¿es al revés? Esto no hay quien lo entienda…


El quinto periódico ya no habla del desempleo ni por asomo. Se despacha con un “Caldera – que tiene que ser un Ministro relacionado con todo esto - se desmarca de la preocupación de los agentes sociales por la evolución del paro”. Los agentes sociales, dice… A estas alturas de lo que leo es donde reflexiono tranquilamente: aunque evolución es una palabra positiva – excepto la del hombre, que nos ha llevado a los niveles en que nos encontramos -, creo que la palabra evolución asociada a la palabra paro no es buena, aunque todavía no lo tengo claro del todo. Voy a seguir…


¡No! ¡Ya no miro más periódicos! ¡Hala! Por si alguno no se ha enterado todavía: ¡Ha subido el paro! Y tiene que haber subido mucho porque los periódicos camuflan el dato de maravilla. Que lo sepáis. A lo mejor pretenden que no nos enteremos de nada… A lo mejor piensan que somos tontos. A lo peor tienen razón…


¿Por qué los medios de comunicación, que para eso son medios y son de comunicación, no nos cuentan las cosas como son? ¿Por qué no se limitan a darnos los datos cuando sólo hay que dar datos? Después, nosotros, que para eso hemos estudiado, sacamos nuestras propias conclusiones. Sería más fácil. Digo yo.


Verso, libre…




Traigo el cuerpo aterido…
Vengo de ver poesía pura,
de sentir cómo tiritan los campos en mi invierno,
cómo cala de vida la escarcha en la mañana,
cómo las flores esperan su momento, agazapadas…


Traigo el cuerpo baldío…
Vengo de correr campos estériles
porque el frío fundió la tierra en sus entrañas.
No pude ver ni un solo pájaro que cantara
como cantan cuando de sol se acompañan.


Traigo el cuerpo contento…
Vengo de vivir la primavera,
la que pronto vendrá entre flores abotonada.
Y siento que la hermosa encina en la enjarada
se prepara, se anticipa a vestir su mejor gala.


Traigo el cuerpo despierto…
Vengo de ver cómo la vida
amanece en mí ser cada jornada.
Traigo anticipos de gloria para el campo,
primaveras futuras recién coloreadas.




No sé por qué, tampoco importa… pero a veces el señor que vive dentro de mí, el que me hace escribir, me dicta estas cosas…

Se me olvidó...



…Se me olvidó el tic-tac. Ese mágico tic... Aquel seco tac... Cada niño pasaba por sus piernas, uno a uno, sin prisas, y en un ceremonioso ritual él extraía del bolsillo del chaleco una caja embrujada, aquel objeto sujeto a una cadena metálica, aquel artefacto que nos hacía abrir la boca sin darnos cuenta… ¡Ábrelo ya, abuelo! era todo lo que acertábamos a decir. Entonces reía y abría la tapa acercando con parsimonia el extraño y brillante reloj a la oreja… Entonces sonaba el tic… Entonces sonaba el tac… Tic-tac… Tic-tac… Tic-tac…

 
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