Plaza de toros


Desde la ventana más alta de mi casa,
con un pañuelo blanco digo adiós
a mis versos, que viajan hacia la humanidad.
Y no estoy alegre ni triste.
Ése es el destino de los versos.
Los escribí y debo enseñárselos a todos
porque no puedo hacer lo contrario,
como la flor no puede esconder el color,
ni el río ocultar que corre,
ni el árbol ocultar que da frutos."
Alberto Caeiro

Uno le dio forma, el otro las alas. Uno con la brocha, el otro con savia. Uno en la poesía, otro en la mirada. Uno está en Sevilla y el otro en su casa. Mientras uno, con mucha paciencia, doblaba las rayas y moldeaba letras con capa y espada, el otro, sin pausa, se las desdoblaba para dibujar con ellas un toro con casta. Y aunque desde antes ya se barruntaba es ahora el día que visten las galas...

Uno es otro antes que uno. Otro es uno antes que nada. Son el Sur y el Norte, salen a la plaza...



Portada del libro "Plaza de toros" de José Mª Jurado y Pablo Pámpano.
Publicado por Ediciones de la Isla de Siltolá.

Ahora…

Esta foto es de mi primavera particular.

Ahora es tiempo de dar descanso a las palabras, de relajar la pluma y tapar el tintero para dedicar los esfuerzos a otras cosas, tal vez tan banales como ver crecer una flor o contemplar el vuelo de una mariposa, acaso tan intrascendentes como mirar por una ventana como pasa la tarde o beber agua fresca de una fuente en el camino, quizás tan fútiles como saberte detrás de un sueño o entenderte cuando me miras. Ahora es un adiós momentáneo porque sé que pronto volveré con nuevos bríos y aquellas otras historias que mi cabeza tenga a bien regalarme. Ahora es ayer y mi memoria, que no olvida, nunca olvida, jamás olvida, me trae de vuelta un niño con pantalón corto que juega a la peonza en medio de una calle sin aceras en una tarde que nunca se acaba, un adolescente que corre detrás de niñas que empiezan a gustarse y a gustarme o un joven sin frenos en los pies que busca desesperado inteligencia y diversión, aunque no en la misma proporción ni en el mismo orden. Y ese niño soy yo, pero también eres tú. Y ese adolescente soy tú, pero también eres yo. Y ese joven… de ese joven no me acuerdo porque en este momento he decidido que no me interesan ni el vértigo ni las sensaciones fuertes. Ahora es mañana y mañana ahora duele. Por eso voy a buscar esperanzas y alegrías porque me han dicho que existen, que se dejan coger sin esfuerzo, que es fácil hacerse con ellas, que quieren que alguien como yo las abrace y las quiera.

Si en estos días de primavera ven a alguien por el campo vestido de explorador que corre sin ton ni son tras el aire con un "cazamariposas"… no se asusten porque puedo ser yo. O tal vez seas tú, que no lo sé.

 
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