También me lo regalaron este verano. También lo leí. Y no me gustó.
De Auster sólo había leído “Brooklyn Follies”, la novela anterior a ésta en el tiempo, en la que relata la vida en Nueva York de un hombre de 60 años, abandonado por su esposa y con cáncer de pulmón, que busca un lugar tranquilo para morir. Y me impresionó.
Cuando llegó a mis manos “Viajes por el Scriptorium” pensé que iba a leer un buen libro. Según iba avanzando en la lectura se me iban abriendo caminos que prometían ser interesantes. Se intuían intrigas, misterios, asesinatos y venganzas. No se cumple nada. Me ha dejado y me he quedado con una extraña sensación: Paul Auster ha escrito, por encargo o no, una trama que no termina para aprovechar el tirón comercial, y por supuesto económico, de la anterior novela. Y he picado.
De Auster sólo había leído “Brooklyn Follies”, la novela anterior a ésta en el tiempo, en la que relata la vida en Nueva York de un hombre de 60 años, abandonado por su esposa y con cáncer de pulmón, que busca un lugar tranquilo para morir. Y me impresionó.
Cuando llegó a mis manos “Viajes por el Scriptorium” pensé que iba a leer un buen libro. Según iba avanzando en la lectura se me iban abriendo caminos que prometían ser interesantes. Se intuían intrigas, misterios, asesinatos y venganzas. No se cumple nada. Me ha dejado y me he quedado con una extraña sensación: Paul Auster ha escrito, por encargo o no, una trama que no termina para aprovechar el tirón comercial, y por supuesto económico, de la anterior novela. Y he picado.