Últimamente traigo con demasiada frecuencia a mi refugio virtual las historias de esos pequeños artefactos con patas y sin sentimientos que pululan por mi hogar, pero es que creo que están en una edad en las que sus acciones u omisiones merecen un hueco entre mis serias divagaciones…
Esta misma mañana me encontré con el maestro del simpático ser que con cinco años a sus espaldas juega por las habitaciones de mi casa a ser pirata, y me preguntó si ya no hacía deporte. Hago lo que puedo, le contesté. De vez en cuando cogemos las raquetas, salimos de paseo,… lo poco que me permiten el trabajo y los niños, seguí justificándome. Pero ¿por qué me preguntas eso? El maestro, a quien conozco desde mi propia infancia, si es que tuve, me contó que hace unos días pidió a los niños de la clase que describieran a su padre… y todo fue bien hasta que le tocó el turno al mío. Uno explicaba que el suyo era alto y trabajaba en el Ayuntamiento, el otro describía a su progenitor como alguien muy bueno que le daba chucherías, el de más allá… El mío, cuando le tocó, me describió escueta y fielmente, según su leal saber y entender: Mi padre es un gordinflón que trabaja en una oficina.
Tengo que ponerme a dieta ¡ya!
5 comentarios:
Creo que esos "artefactos con patas y sin sentimientos" deberían tener su propio blog en respuesta al tuyo. Nos ibamos a reir mucho.
Querido "gordi": Hace años, un maestro pidió a sus alumnos que hiciesen un dibujo de sus padres. Uno de los niños dibujó a un ente tumbado en un sillón, con un vaso junto al que figuraba la palabra whisky y unas "zzzzz" sobre la cabeza.
Elige compañero....
Una amplia sonrisa...No te contaré lo que dijo mi hija sobre el trabajo de su madre....
A Juancar: Si tuviera tiempo lo haría...
A Turu: Espero que el del sillón no fueras tú.
A Camy: Cuenta, cuenta... que esto no lo lee nadie
Ohhh, me encanta tu hijo...
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