Si pudiera besarte… comprobarías que alrededor de esta antigua efigie merodean, esperando su momento, un montón de sentimientos. Y si pudiera abrazarte… sabrías que el calor que guardé en mis ramas para ti era sol rebosante de pureza. Más sólo puedo pensarte… por el desliz de una vieja estación que este año me ha regalado un puñado de silencios en sus vientos y muchas cavilaciones en sus aguas.
Ahora estoy más tranquilo, sabiéndote detrás de la puerta. Ahora, en la intimidad de este rincón, hablaré despacio con tu fantasma y le diré al oído cosas que nunca soñó, recuerdos que no pueden ser escritos para no dejar ni una sola huella que los delaten, verdades que dejaron escapar una oportunidad que se apareció como inmejorable,…
No mires para otro lado. Sabes que estas palabras son para ti. Puede que la niebla en su espesura me impida saber quién soy, pero recuerdo con claridad de dónde vengo.
Suena en la voz de Antonio Vega “la chica de ayer”…
6 comentarios:
Pues bien físicamente. Y también el ánimo. Pero alelada la pluma.
Dicho sea en el mejor de los sentidos.
Malegro, Turu.
Preciosas palabras
Mucho mal está dejando este otoño.
Un abrazo Ale
Jommmío, me dejas que te invite esta noche al concierto de Antonio Vega? Prometo devolverte pronto a casa. Pregunta a quien corresponda si te apetece ir.
Un abrazo.
Allí estaremos.
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