Sepan ustedes que el que suscribe, que en este caso soy yo, sabe que viene poco a su casa virtual. ¿El motivo? No lo sé a ciencia cierta. Miro aquí y allá, leo lo que escriben los demás, navego de orilla a orilla… pero ni siquiera cambio por inapetencia la imagen del libro que terminé hace más de un mes y que aparece en el margen superior izquierdo del blog (ahora la cambio).
La culpa, tal vez, la tiene el régimen. No, no se alarmen, no me refiero ni al de Franco ni al de Zapatero. Hace unos meses decidí perder peso y me lancé a caminar por los alrededores de la ciudad que me sufre. Allí encontré nuevos amigos: gordos que ya no lo son, ex-infartados que beben biomanán, cuarentones que pretenden ser cuarentañeros, tíos que van en bicicleta con la lengua en el manillar y un largo etcétera de seres proscritos de la sociedad. Y sí, cuando uno se une al clan pierde peso… pero también parte de su personalidad porque según perdía kilos disminuía mi atención por la escritura y la lectura, sin las que yo ya no sabía vivir.
Y ha de ser cierto lo que digo porque ahora, con las facultades físicas limitadas (no quiero decir con ello que antes estuvieran bien) por una caída infantil… vuelvo a la literatura y me presento ante ustedes sin rubor. Díganme si no si hay algo más infantil que caerse de un patinete. Sí, han oído bien. No he dicho skate, ni snow, ni wave, ni monopatín. Me he caído de un patinete como el de Locomotoro (¡Ñete, cabrón!) a una velocidad de un kilómetro por hora, más o menos. Y aquí me tienen, con el brazo izquierdo fracturado, escayolado desde el hombro hasta los dedos y aporreando con la mano sana el teclado para contarles el sucedido.
Espero que en este tiempo, por lo menos, alguno habrá echado de menos las palabras de esta humilde casa. Si no es así ¡qué se le va a hacer!
La culpa, tal vez, la tiene el régimen. No, no se alarmen, no me refiero ni al de Franco ni al de Zapatero. Hace unos meses decidí perder peso y me lancé a caminar por los alrededores de la ciudad que me sufre. Allí encontré nuevos amigos: gordos que ya no lo son, ex-infartados que beben biomanán, cuarentones que pretenden ser cuarentañeros, tíos que van en bicicleta con la lengua en el manillar y un largo etcétera de seres proscritos de la sociedad. Y sí, cuando uno se une al clan pierde peso… pero también parte de su personalidad porque según perdía kilos disminuía mi atención por la escritura y la lectura, sin las que yo ya no sabía vivir.
Y ha de ser cierto lo que digo porque ahora, con las facultades físicas limitadas (no quiero decir con ello que antes estuvieran bien) por una caída infantil… vuelvo a la literatura y me presento ante ustedes sin rubor. Díganme si no si hay algo más infantil que caerse de un patinete. Sí, han oído bien. No he dicho skate, ni snow, ni wave, ni monopatín. Me he caído de un patinete como el de Locomotoro (¡Ñete, cabrón!) a una velocidad de un kilómetro por hora, más o menos. Y aquí me tienen, con el brazo izquierdo fracturado, escayolado desde el hombro hasta los dedos y aporreando con la mano sana el teclado para contarles el sucedido.
Espero que en este tiempo, por lo menos, alguno habrá echado de menos las palabras de esta humilde casa. Si no es así ¡qué se le va a hacer!
6 comentarios:
jajaja ¡el ser presumido y querer estar en forma conlleva pequeños percances! pero...¿en un patinete? Me parece que tú no quieres mantenerte cuarentañero, quieres volver a tener granos en la cara barbilampiña.
¡paciencia y a leer!
un beso
La Ronda Norte es lo que tiene (porque es la Ronda Norte ¿verdad?) Yo la hice entera una vez, pero fue como lo de ir a la Meca, con una vez ya vale. Con respecto al accidente patinetero ¿qué decirte? como buen español podría salir ahora con eso deeee......p'os anda que cuando yo me la pegué con un.... La de veces que no te habrán dicho "ten cuidado con la moto que son muuuu peligrosas" y vas y te escoñas con un patinete a uno por hora...ainsss que edad más mala.
Patinetesasesinos
Un abrazo y un placer tenerte de lúcido regreso
Me tienes hecho un lío, ¿esto te pasó antes o ahora? ¿Ahroa sin brazos escribes y antes no? ¿Me voy en autobús el sáabdo?
Pero qué lío, mejórate.
A Camy.- Quise enseñar a los niños cómo se podía bajar una rampa sin problemas... Y no, no se podía.
A Ricardo.- Es casi mejor pegársela con un patinete que con una moto. Creo.
A Jur.- Contigo ya hablé por teléfono. Un abrazo.
El patinete... Si es que todos esos artilugios tienen un peligro...
:)Cuidate, Alelo.
A Luc .- Ya, pero me di cuenta después de caerme.
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