Primum vívere…


Hoy tengo casi todas las palabras.
Pero me faltan casi todas.

Cada vez me faltan más.
Apenas si puedo unir éstas que escribo

para decir el resto de ternura

y el hueco de temor
que se esconden en la ausencia de todo,

en la creciente ausencia
que no pide palabras…
Roberto Juarroz.

… Sigo moviendo las letras dentro de lo abstracto…

¡Mira!… ¿Qué ves? Sólo son palabras. Verbos jugando a ser mayores, adjetivos colocados para la ocasión que se adornan a sí mismos, sustantivos perdidos en su propia definición… Si uno no se asoma, tampoco será capaz de ver lo que se mueve detrás de la ventana. Si uno no busca en ese detrás, tampoco sentirá el vértigo… Y sin vértigo no hay nada. Hay que hacer un esfuerzo, lo sé. A veces, aun en el error, merece la pena.

En ocasiones llegan a alcanzar un sentido, diferente en cada cual que las percibe, eso sí, mas no creo que haya que buscar ese sentido en las explicaciones primarias, en las que se tropiezan con el individuo cuando acaba de llegar. No son visibles. Lo que importa se resguarda en la otra cara de la luna, donde nadie ha llegado.

Busco el equilibrio y lo encuentro en el borde del abismo, en ese precipicio que anima a no caer, a mantener una imposible quietud en el límite del acantilado que me mantiene erguido. A mí y a lo que pienso. A mí y a lo que siento... Soy un funámbulo a la orilla del alambre que ha perdido en el tiempo el pie que le sostiene…

Repaso con cariño lo que tengo guardado en el cajón, en ese apartado que me permite respirar cada mañana. Son sólo letras que se unen para lanzarme al vacío. Y el vacío es irresistible. Y esperanzador. Hay tres palabras que amortiguan la caída. Siempre sobró la última. La cantidad, para determinadas cuestiones, sobre todo para las del alma, no es medible. Nunca fue contable. Se siente o no se siente. Se es o no se es… Aquí no cabe el estar. La gran diferencia entre los dos grandes es que en el estar se vive acompañado mientras que en el ser se vive y se enfrenta en soledad. En el ser está uno mismo con sus circunstancias. En el estar permanecen atentos los demás.

Hay también una mirada que se mete en lo que escondo, desde lejos… Ni siquiera las palabras se atreven a explicar... pero eso es otra historia.

Seguimos por lo abstracto, negociando por lo indefinido…

2 comentarios:

José María JURADO dijo...

¿Cuál es la clave del texto?, querido amigo.
Un abrazo.

alelo dijo...

Es un cruce de claves, digo de cables. Hay veces que esa abstracción es sólo aparente y las palabras tienen un sentido determinado y cierto para según quién, amigo. O no, que todo es posible. Un abrazo grande.

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