Dicen…


“Cada uno de nosotros es en verdad una idea de la Gran Gaviota, una idea ilimitada de la libertad - diría Juan por las tardes, en la playa -, y el vuelo de alta precisión es un paso hacia la expresión de nuestra verdadera naturaleza. Tenemos que rechazar todo lo que nos limite. Esta es la causa de todas estas prácticas a alta y baja velocidad, de estas acrobacias..."
“No creas lo que tus ojos te dicen. Sólo muestran limitaciones. Mira con tu entendimiento, descubre lo que ya sabes, y hallarás la manera de volar."
Juan Salvador Gaviota. Richard Bach.

Dicen que muy de mañana se sintió solo y abandonado. Sus compañeros habían partido a tierras cálidas y fértiles donde pasar el duro y gélido invierno y habían olvidado al amigo que estaba ocupado en sueños imposibles. Dicen que en su soledad se asomaba una y otra vez al acantilado y sólo era capaz de ver al fondo del precipicio agua furiosa, transformada en olas gigantescas y espuma, reventando las rocas. Y que entonces el vértigo se apoderaba de sus alas impidiendo cualquier movimiento, cualquier intento de huida. Cuentan que un día, cuando ya se había olvidado de la suerte, el silbido del viento lo despertó en la noche y le reveló sus mejores instintos. Entonces pensó que no tenía nada que perder si lo intentaba... Cuentan que aquella mañana ese viento acunó al pájaro con su canción más bella y lo hizo despegar. Y echaron a volar... Incluso alguien consiguió ver cómo, en un vuelo perfecto, llegaban a rozar el sol con las alas. Dicen que desde entonces son uno y que nadie es capaz de batir las alas como aquel pájaro. Cuentan que nadie sopla mejor que aquel viento…

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