Los “pieslibres”


Últimamente cuando voy por la calle me pasan cosas muy raras: la gente pasa a mi lado gesticulando y hablando sola, haciendo aspavientos totalmente innecesarios. Y este mal parece haber afectado también a los conductores porque en algún que otro semáforo, mientras espero la luz verde que me da paso, compruebo horrorizado que el conductor vecino hace esos mismos gestos raros y habla igualmente solo, quedándome siempre una duda razonable sobre si esa persona en cuestión es apta para llevar un vehículo o no.


Al principio pensé que el índice de “idiocia” del país se había incrementado notablemente, primero afectando a los peatones y después a los conductores, pero luego reflexioné y comprendí que eso era imposible porque nosotros ya éramos idiotas antes.


Después me dije a mí mismo que el trabajo desmesurado estaba afectando a la población que perdía progresivamente la cordura, pero pronto caí en la cuenta: a los españoles eso no nos afecta, el trabajo digo. Imposible.


Más tarde pude comprobar, hasta llegar incluso a darme cuenta, que algunos que hablaban solos llevaban un pequeño aparato en la oreja y pensé rápidamente que eran sordos, pero igualmente pronto entendí que no podía haber tantos.


Por fin lo descubrí: “Manos libres” lo llaman y sirve para hablar por teléfono sin coger el teléfono, aunque parezca una tontería.


Si dentro de poco vemos que hay gente por la calle que habla con un zapato en la oreja no se asusten porque ni son agentes secretos ni son seguidores acérrimos de Zapatero, por lo del zapato digo. Probablemente hayan adquirido un flamante “pieslibres” para refrigerar su olorosa peana mientras hablan por teléfono con su señora, que es con la que casi siempre hablan aunque parezca que hablan de negocios y lleven corbata. Como Mortadelo y Filemón, vamos.




4 comentarios:

alelo dijo...

¡Uff!¡Qué susto!... Creí que había perdido el sentido del humor... que me lo había dejado olvidado en la playa...

Anónimo dijo...

En la playa habrás perdido, entre otras cosas, el sentido de la prudencia en la ingestión de pargo, algo de pasta (nada importante espero), y el sentido del decoro en repuntes ocasionales, pero el sentido del humor, amigo Rumbe, no creo que lo vayas a perder nunca. Lo mismo lo aparcas como las barcas, pero hay cosas que son como montar en bici o jugar al paddel, quidicir, no se olvidan manquesequiera. Como el teléfono del Pablito.

Mi nivel de idiotez, como ves, sigue frejquiiito.

Un abrazo artista.

FranPan

alelo dijo...

Querido Franpan, ya te echaba de menos por estos lares y llegué a pensar que no venías porque te habían atacado millones de maletas cabreadas en la "tedos".

En el sentido del humor hay uno que me sigue ganando.

Con el Pablito he quedado hoy para comer o lo que sea.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Se os echa de menos cuando no reñís, a las maletas les quedan tedos telediarios, supongo que te habrá contao el pablin, si no ya te cuento ciando te vea, que te tendré que vé, digo cho.

ten cuidao que el pablo si le da por no pará de comé y se acaba la comida...

pasadlo ben

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