La tarifa nocturna


“La tarifa nocturna de la electricidad tiene los días contados. El día 1 de julio entra en vigor un nuevo sistema de precio basado en la discriminación horaria (TDH), lo que supondrá un mayor número de horas a coste más bajo (lo que se conoce como 'horas valle'), pero con un porcentaje de descuento menor que el que obtienen hoy día las familias dadas de alta en una modalidad que prima el uso de los electrodomésticos durante la noche, cuando los requerimientos energéticos son menores. De hecho, estos hogares se ahorraban hasta un 55 por ciento por poner la lavadora o el lavavajillas entre las 23,00 y las 7,00 horas en invierno y entre las 00,00 y las 8,00 en verano. La denominada 'Tarifa 2.0N' podía aplicarse a cualquier cliente en baja tensión cuya potencia contratada no excediese de los 15 Kw, siempre que contara con el equipo de adecuado.

La medida, promovida por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, no ha sido bien recibida. La Unión de Consumidores de España (UCE) ha pedido el amparo del Defensor del Pueblo, ya que considera un abuso que los abonados vayan a desembolsar un 40 por ciento más que en la actualidad. «La nueva tarifa es más cara porque el usuario paga la potencia máxima para las 24 horas del día», comentan. A su juicio, esto vulnera los derechos fundamentales de los ciudadanos, además de suponer un grave perjuicio económico. Y agregan que los consumidores han recibido ya cartas de sus compañías informándoles de que cambiarán la potencia y que les cobrarán por ello los derechos de acceso.”

¿Cómo dice…? ¿318 euros…? Pero ¿por qué? Hace unos años instalé calefacción eléctrica en mi casa y me acogí a la llamada Tarifa Nocturna. Dos mil euros invertidos en radiadores, cables, acumuladores y otras zarandajas que ahora tendré que tirar. Firmé un contrato con una compañía eléctrica que, bajo el paraguas de Papá Estado, me aseguraba suministro eléctrico limpio a un precio “razonable”. La tarifa nocturna era una ventaja para contratante y contratado porque esos radiadores cargaban – es decir, gastaban luz - durante la noche y, al parecer, como todos estábamos dormidos – o durmiendo que dijo Don Camilo una vez – y la energía no se acumula (requerimientos energéticos menores les llaman) además de hacerle un favor a las Compañías… el ahorro era considerable para el ciudadano.

El otro día recibí una carta en la que se me conminaba a pasar por las oficinas de esa Compañía que tan bien me trató ab initio para autorizar un cambio de potencia, necesario (¿para quién?) y obligatorio (para mí). Y es que alguien que manda – El Ministerio de Industria, por ejemplo - había decidido de forma unilateral y abusiva romper un contrato que los contratantes, con sus pactos, cláusulas y condiciones, habíamos tenido por conveniente y que no afectaba, para mayor seguridad, ni a la moral ni al orden público, que decía aquella ley.

En Derecho y en casi todo en la vida, añado yo, el que la hace la paga. Y yo, Señoría, no he hecho nada. Más bien lo contrario, ya que hasta el día de hoy he abonado los recibos que puntual y mensualmente me han girado vía bancaria, hubiera saldo o no. Son ellos los que han vulnerado los principios más elementales. Son ellos los que han roto un contrato sin previo aviso. Son ellos los que – ahora sí viene al caso – con nocturnidad y alevosía han vulnerado el contrato que tan alegremente firmamos entonces. Son ellos los que, para mi mayúscula sorpresa, me dicen que tengo que abonar 318 euros por ese cambio obligatorio más un 40% de incremento mensual por arreglar su descosido, por cambiar algo que me obligan a cambiar, por ser tan gilipollas y hacer caso a las cosas a las que nunca hay que hacer caso…

Si ni siquiera nos podemos fiar ya de Papá Estado – auténtico valedor de los derechos de los ciudadanos como yo - … ¿cómo me voy a fiar de los demás?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una vergüenza A mí me pasó lo mismo pero yo me gasté el dinero hace nueve meses. maría.

Anónimo dijo...

Tienes razón amigo, toda la razón. Pero recuerda "el tuétano" de mi comentario a tu artículo "Llegará ese día"..
Tus palabras plantean un problema muchísimo mayor que lo expuesto en la letra del artículo. El problema de la Moral (quien lo prefiera, Ética. Doctrinalmente es exactamente lo mismo) y de la Justicia en el campo público.
Durante el gobierno socialista de Felipe González se modificaron las edades de jubilación forzosa de ciertos empleados públicos de altos cuerpos del Estado. Y los afectos recurrieron lo que consideraban su Derecho hasta llegar al Tribunal Constitucional.
Este dio la razón al Gobierno. Estableció que no se puede despojar a nadie de aquello que ya forma parte de su Patrimonio -salvo lo previsto en la legislación de Expropiación Forzosa-, aclarando la teoría de los Derechos Objetivos, pero manteniendo que si se niega al Gobierno la capacidad reguladora de las relaciones futuras se suprime su esencia, que no es otra que administrar la Sociedad. (Escribo de memoria).
Y eso hacen. Regular algunos de los llamados Contratos de Adhesión, que reciben su nombre al no ser negociados libremente por sus partes, sino que una de ellas -normalmente una compañía suministradora de servicios- lo establece y a quienes quieran ser sus clientes no les queda otra opción que adherirse a lo dispuesto. O vivir a lo troglodita.
El nudo gordiano de la regulación reside en su causa. El Gobierno debería regular las relaciones sociales bajo el prisma de la Justicia, la Moral y, subsidiariamente, la eficiencia.
Pero no. Regula chapuceramente. Su leiv motiv es mantenerse en el Poder. Y para ello estructura cuanta componenda sea precisa.
Los españoles se la cogen con papel de fumar. Quieren energía a toda pastilla, pero ni oír hablar de lo que eso implica: Impuestos, debate nuclear, límites a sus costumbres, ..
Y el Gobierno, que quiere sus votos, les soba el lomo. Nada, lo que queráis.. Pero como no son tontos y saben el gigantesco problema enérgetico que tiene España... (Nuestra dependencia es absoluta. No disponemos de fuente alguna de materia prima generadora de energía. Nos decantamos por la generación más costosa, de largo, del Kw/h y rechazamos la nuclear; eso si, comprándola a buen precio a los franceses, que la tienen instalada ahí al lado)
Así que el Gobierno tiene que suministrar pasta. ¿Queréis que os sigamos la corriente?; vale, así nos votaréis. Pero como si se va la luz os cabreáis, os cobraré lo que necesito a lo mego.
De aquí y de allá...
Disculpad la extensión, pero creo que lo importante no es dejar unas palabras sino decir lo que se piensa. Y no he sabido hacerlo mejor.

alelo dijo...

A María.- Bien que lo siento porque yo, cuando menos, he "disfrutado" de la nocturnidad de la tarifa tres años. ¡Qué ahorro, madre mía!

A Turu.-Pues menos mal que no lo sabes hacer mejor porque tu exposición es clara y meridiana, como siempre.

Yo añado: Si no se puede despojar a nadie de algo que forma parte de su patrimonio ¿por qué me despojan a mí de un derecho adquirido y sin previo aviso? Y sí, la compañía estableció un contrato – de adhesión o de lo que sea - y yo, que quise ser su cliente, me adherí. Se establecieron unas reglas de juego que aceptamos las dos partes. El problema es que una vez adherido y consolidado, por arte de birli birloque cambian unilateralmente esas reglas del juego. Y es el Estado, el que tiene que defender mis intereses en teoría, el que lo hace. Muy triste. ¿El que cumple el contrato tiene que pagar los gastos que supuestamente ocasiona el que lo rompió? Tristísimo.

En Madrid, el Tribunal de la Competencia – creo – ha hablado ya sobre este tema y ha obligado a Endesa y a Iberdrola a devolver a sus clientes el canon injustamente cobrado. Pero claro, sólo en Madrid. Los que vivimos en el resto de España no contamos, sólo pagamos.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Preguntas cosas que no tienen respuesta en la sociedad real en la que vivimos. Si la tendrían en un manual de Derecho Civil. Pero los libros.., ya se sabe; no dejan de reflejar rarezas de la gente que se place usando el pensamiento. ¡Unos pobres diablos!.
Mantuvo el Tribunal Constitucional, en aquella sentencia a la que me referí, que Un Derecho Adquirido es aquella parte del derecho concreto que ya se ha disfrutado, pero no el por disfrutar, que solo es una Expectativa de Derecho.
Así nadie tiene poder para modificar hoy tarifas pasadas y cobrarte ahora más dinero aduciendo lo que fuese. Pero si pueden escachifollarte compromisos futuros.
Eso si, solo el Gobierno. Compórtate igual y verás ...

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