Permanezco en silencio delante de un papel desnudo que me interroga sin pudor, que hace compuestas preguntas a un ser en origen tan simple, incauto diría si no fuera porque todo está escrito. Quiero plasmar enormes y vívidos sentimientos que me ahogan más desconozco el lugar exacto dónde se pueden colocar. En el entretanto, el calendario me recuerda que pronto tendré que hacerlo, quiera o no, pueda o tampoco. Tengo la vista clavada en un blanco inmaculado que espera con paciencia lo que no puedo contar, lo que no sé decir, lo que no estaría bien publicar en esta parte de la historia. Hace tiempo hubiera podido vencer estas penumbras articulando palabras gratuitas, de esas que regala el conocimiento en días de gloria, cuando los hay, si acaso existen, y verbos conjugados alegremente en el ser o el estar, acaso en el parecer.
Hoy no. Hoy mis devaneos esperan la llegada de la primavera sentados en el pretil de ese antiguo puente de piedra cubierto de vida por el que el hombre de ayer no volverá a pasar, nunca pasará. Hoy vigilo las limpias aguas que corretean entre sus piernas, por si algún desalmado, aprovechando obligadas ausencias, las quisiera robar. Y le pongo puertas al campo esquivando imposibles, sorteando malas artes, eludiendo desengaños que pudieran brotar en cualquier terruño.
Hoy vigilo una sombra que se alejó de la materia sin permiso en un día de verano, que abandonó la sierra que vio nacer la resolución y el carácter de tantos otros, aquellos que guardaban celosamente en los adentros, para sí, algo que nunca acaba de cuajar.
Hoy estoy preparado para que aquello que un día soñé se cumpla, sin saber por dónde y con quién empezar…
Hoy no. Hoy mis devaneos esperan la llegada de la primavera sentados en el pretil de ese antiguo puente de piedra cubierto de vida por el que el hombre de ayer no volverá a pasar, nunca pasará. Hoy vigilo las limpias aguas que corretean entre sus piernas, por si algún desalmado, aprovechando obligadas ausencias, las quisiera robar. Y le pongo puertas al campo esquivando imposibles, sorteando malas artes, eludiendo desengaños que pudieran brotar en cualquier terruño.
Hoy vigilo una sombra que se alejó de la materia sin permiso en un día de verano, que abandonó la sierra que vio nacer la resolución y el carácter de tantos otros, aquellos que guardaban celosamente en los adentros, para sí, algo que nunca acaba de cuajar.
Hoy estoy preparado para que aquello que un día soñé se cumpla, sin saber por dónde y con quién empezar…
4 comentarios:
Tampoco yo encuentro las palabras para decirte lo que me ha gustado.
Espero poder leer lo que al final termine por alojarse en ese folio ahora en blanco.
Un abrazo fuerte Ale
(Sin que nadie lo lea: no puedo dejar de decirte lo bello, dulce,entrañable,didáctico y todo y más de "Sostiene Pereira". Pude conocer en un Sant Jordi a Tabuchi y es un encanto.Me aficioné a otros libres de él.Seguro que te pasará lo mismo.)
El Don Apacible lo leí hace montón de años y es curioso, quiero volver a esa literatura y a repasar de nuevo libros de "los rusos" muy pronto.
alelo, cuando leas esto, "delete".No he podido evitar el ponerte esta nota.
A Ricardo.- Estoy en ello.
A Camy.- No lo borraré. Creo que puedes hacerlo tú misma si quieres. Y no lo haré porque todo lo que aporta es bueno. Y si es bueno... El "estoy en" y el "me esperan" están ahí para eso. A veces he comprado libros que otros anuncian en sus blogs. Si tu comentario hace que otros hagan lo mismo, bienvenido sea.
De momento estoy en Sostiene Pereira y me ha enganchado. El ruso es un descubrimiento. Su vida y su obra. He ojeado y hojeado la nueva edición de la novela El don apacible (4 libros en uno en cuasi bolsillo) y promete horas de lectura apasionada. Al tiempo.
Gracias por venir a los dos.
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