Y allí estaba la puerta cuya llave no vi;
Y allí se alzaba el velo que lo ocultaba todo:
Un vago murmurar cerca de Ti y de Mí se escuchó...
y después nada, ni de Mí ni de Ti.
Omar Jayyám
Y allí se alzaba el velo que lo ocultaba todo:
Un vago murmurar cerca de Ti y de Mí se escuchó...
y después nada, ni de Mí ni de Ti.
Omar Jayyám
Paseé por un campo en el invierno verde del valle que me respira en el estío. Recorrí cada rincón buscando mañanas, mas el futuro no descansa en la campiña, ni en aquellos prados donde el ganado pasta en plenitud, ni en las montañas de cuento dichoso, ni siquiera en lo profundo de esas aguas que cristalinas caen desde la nieve hasta mis ganas de beber, hasta esa sed insaciable que me ocupa.
Entretuve con acierto la aflicción entre seres diminutos que alegres jugaban en estancias de otra época, más señorial o distinguida tal vez. Y sentí que había vida en lo que anhelo…
Engañé a la angustia entre jamón y amistad, entre risas y vino, sorbiendo despacio lo que se me ofrecía, aquello que se me daba sin preguntas inciertas, sin respuestas obligadas.
Me burlé del desaliento de madrugada, junto a un fuego que sin querer arder calentaba los recuerdos que me habitan.
Me planté debajo del gran árbol cuando el sol se apagaba, para fundirme en uno con su savia, para llegar lentamente a los rudos brazos que equilibran su porte, su saber estar indiferente al paso del tiempo. Y pensé en transformarme en flor, su flor, antes de la primavera, si acaso fuera preciso.
Y quise atravesar con todas mis fuerzas esa puerta, la que esconde lo que esconde, cuando percibí que en un descuido – no pudo ser de otra manera - se habían llevado la llave que descerraja los sentimientos. Sepan ustedes que no conseguí abrirla. Ni con palancas ni con tretas, ni con argucias o aspavientos... Mientras tanto la esperanza me susurraba al oído un “espera tranquilo” que calmaba y colmaba la impaciencia. Entonces supe que alguien, que algo, algún día, vendrá para mostrarme el otro lado de lo que siento, para cantarle nuevos versos al alma del poeta...
2 comentarios:
La gripe me ha impedido verte este año nuevo, amigo, pero para los amigos no hay años, ni días ni tiempos, ni llaves. Un abrazo.
Otro para ti. Hablamos por el camino. Gracias por venir.
Publicar un comentario