Caminaba…


Y la vida es misterio, la luz ciega
y la verdad inaccesible asombra;
la adusta perfección jamás se entrega,
y el secreto ideal duerme en la sombra.
Por eso ser sincero es ser potente;
de desnuda que está, brilla la estrella;
el agua dice el alma de la fuente
en la voz de cristal que fluye de ella.
Rubén Darío.

Hoy era un día diferente. He visto al hombre al que le pesaban las ropas y la vergüenza. Caminaba desnudo por la orilla de la playa. El único lastre que le acompañaba en el trayecto era su propio yo, pero ahora era libre. Y parecía contento. Hoy, cuando nadie puede controlar lo que no se ve, ese individuo sabe que su actitud contra el mundo viene determinada por una variable. Nada más. Hoy, las olas mojaban sus pies al romper contra la orilla y borraban despacio las huellas que no han de quedar. Ha descubierto que cuando todo acaba, empieza el mañana. Hoy ese hombre camina hacia el sol y no se detendrá hasta que se abrase.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada más. Que concreto ¡
Ciao

alelo dijo...

Y qué abstracto a la vez. Un abrazo.

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