Liberando…

Fue una alegría de una sola vez,
de esas que no son nunca más iguales.
El corazón, lleno de historias tristes,
fue arrebatado por las claridades.
Fue una alegría como la mañana,
que puso azul el corazón, y grande,
más comunicativo su latido,
más esbelta su cumbre aleteante.
Miguel Hernández.

Tanto mal causé, tanto bien levanto...

Y me gustó hacer lo que hice. Y decir lo que dije porque hay cuentas en el camino viejo que estaban sin cuadrar. El error, mantenido en el tiempo, colapsa los espacios del recuerdo y de la imaginación. Porque los recuerdos, para ser buenos, para mantenerlos frescos, han de ser tranquilos. Cerrando esa herida antigua se me volvieron a escapar verdades sin querer. Ya no sé de otra manera. Hoy vuelvo a estar tranquilo, he recuperado parte del yo vagabundo y bohemio que tanto bien me hacía…

En la madrugada, después de tantos años, he vuelto a escuchar la parte subrayada de esa canción que guardaba en un baúl.

Y en la claridad de pensamiento que me ofrece la mañana he descubierto con satisfacción que no siempre se llega tarde...

3 comentarios:

Alberto Caeiro dijo...

GRACIAS

José María JURADO dijo...

Abrazos. Ánimo.

alelo dijo...

A Alberto.- No hay de qué, aunque había de tanto...

A Jur .- Ya estoy animado, gracias.

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