A Lola...



Ayer se fue de nuestro lado, sin hacer ruido. Y yo, perdido en esos recuerdos de la infancia donde su sola presencia era signo de alegría para los más pequeños, busco desesperado algún madero salvador al que asirme fuertemente. Me duelen los dolores más extraños, los que reflejan callados la parte dulce en los adentros, los que me dicen al oído que un lejano día fui feliz con poca cosa, los que me cuentan en silencio que ella estuvo allí, que fue parte principal de aquello que hoy rememoro y reformo a mi antojo. Y siento que me falta algo por hacer, una palabra por decir, una frase que compense la balanza, para que los “te doy” que regalaba sean recíprocos. Y la encontré en la poesía de alguien que también formó parte del nosotros familiar, de un ayer plagado de vivencias.


"Allá: todo está allí, en esa orilla.
Todo está en ti, mujer: todo en la amada.
Sobre mi seco pozo de silencio
espero la humedad de tu palabra,

lo mismo que la hiedra: brocal solo,
lodo y cal solo hacia las nuevas aguas.
Aquí todo está aquí, en esta orilla,
hacia mi pozo lleno de nostalgias.

Todo está aquí. Todo está en ti, canción;
eres canción, paisaje, tarde clara,
mis hijos, versos míos, tierra madre…
abre, llueve en mi pozo tu palabra.

Aquí, sobre mi pozo de silencio,
donde mi seca voz amurallada,
llueve, canción, mujer, llueve mi voz,
llueve tu voz, tu hiedra en mi antesala.”

ALFONSO ALBALÁ ( España, 1924 - 1974 )



Y ya no oiré esa voz en la ventana reclamando que abra mi puerta a los detalles para con esos que hoy son como yo fui ayer… Ya no podré esperar lo que no llega… Ya no…

 
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