Mi ventana


“ Encuentro en este medio de comunicación, llamado internet,
un modo de vivir para siempre,
en esta especie de realidad paralela,
algo así como trazos que hoy por hoy se abren ante nosotros
para ser por fin de alguna manera inmortales …

… es similar a ir por la calle esperando
que un desconocido nos pare y nos diga:
¿Te invito a cafecito y conversamos?, casi imposible, ¿verdad?.
Pero he aquí la magia, entre bytes ocurre eso y más,
nos invitamos unos a otros y nos invitamos a café,
a panecito horneado con miel, y charlamos… “


Tengo una ventana abierta al mundo en el lugar donde trabajo. Cada mañana me asomo para ver qué hay de nuevo y cómo están mis amigos. En alguna que otra ocasión veo a gente que no conocía. Unas veces les sigo con la mirada, otras no. Pero ayer llamó poderosamente mi atención un gato y me fui tras él. Me llevó hasta Olvido. Un comentario suyo en un blog amigo me hizo ir de visita a Uruguay, creo. Mi intención, como siempre, era la misma que la del gato: curiosear y marcharme. Pero algo dentro de mí me dijo: quédate un rato más. Y mereció la pena.

Cada día estoy más convencido de que detrás de un anónimo blog todavía quedan personas – no olvidemos que las personas, consideradas estrictamente como tales, se extinguieron hace ya millones de años - que merecen mucho la pena, personas capaces de enseñarnos buenas cosas, personas que guardan dentro de sí la verdadera bondad del ser humano. Y creo que eso, en los tiempos que vivimos, es importante.

Ayer encontré una:




No dejéis de leer el post "Noche Buena: símbolo de paz y de amor..." y los comentarios. A mí, que soy casi de hielo, me dejó sin palabras y con un nudo en la garganta.


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- ¿Acaso la vida tiene color?

- Sí, es azul.

- ¿Azul? ¿Estás seguro?

- Sí. El que la creó, lo hizo desde el Universo y desde arriba se ve el planeta de color azul. Por lo tanto la vida es azul.

- Ese es un razonamiento muy simple. Y muy tonto. El que la creó lo hizo para que la viviéramos nosotros y nos dio colores, muchos colores, los necesarios para distinguirnos. La vida es multicolor. Si el que la creó no hubiera querido que viésemos los colores no nos habría dado ojos para verlos. Y nos dio dos, por si fallaba alguno.

- Eso es una tontería. Hay gente que no ve.

- Te equivocas otra vez. Los que no ven, sienten los colores en su interior. Al ser humano también se le dio un corazón para que sintiera, entre otras cosas, esos colores y se los explicara al alma.

- ¿Al alma? ¡Eso no existe!

- Cuando veo determinadas cosas creo que sí. Que existe y vive. Siempre en multicolor.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y es que, afortunadamente, la sensibilidad no distingue entre realidad y virtualidad.
Tu hermoso post es un ejemplo.

Un abrazo!

Anónimo dijo...

Sí que es un post precioso...
Un saludo!

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