La lluvia y el viento anuncian la llegada de la Estación, que, poco a poco, muy despacio, va desnudando el verde intenso para posarlo en el desesperado secano.
La arboleda quiere morir enredada, como cada año, en la madeja que tejieron las nubes que en forma de estrato bailan para ella de forma exclusiva.
La llovizna empapa mi alma o lo que queda de ella, que cubierta de esponja absorbe lentamente la melancolía que deja tras sí el mustio paisaje.
La arboleda quiere morir enredada, como cada año, en la madeja que tejieron las nubes que en forma de estrato bailan para ella de forma exclusiva.
La llovizna empapa mi alma o lo que queda de ella, que cubierta de esponja absorbe lentamente la melancolía que deja tras sí el mustio paisaje.
San Miguel, Gran Capitán, arcángel de guerras legítimas, celebra su día despertando colores… rojos, ocres y marrones borrarán para siempre las canas del cansado estío.
El otoño anuncia su llegada para que a nadie le coja por sorpresa, para que nadie quede sin vacunar contra las añoranzas, decaimientos y morriñas, para que nadie se lleve a engaño y busque el verde donde ya no puede estar, … Y, sobre todas las cosas, para que yo disfrute con el ir y venir de las hojas.
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