Sé, estoy casi convencido, que la felicidad no existe como tal. Nadie es feliz del todo. No conocemos a ningún ser humano del que digamos cuando queremos describirle que es feliz sin equivocarnos en parte. Si sé que la vida nos ofrece momentos felices. Y lo más cercano que una persona puede estar de la felicidad plena es cuando consigue almacenar para sí muchos de esos momentos felices. Cuantos más tengamos, cuantos más vivamos y más continuados sean, más cerca estaremos de lo que utópicamente llaman felicidad. Y lo más curioso es que ese estado de bienestar vive arropado, agazapado diría, en las situaciones más íntimas y no en los momentos estelares de nuestra existencia.
El zorro que quería ser domesticado para tener un amigo reveló al Principito su gran secreto: Sólo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos. Y es que el disfrute en los quehaceres diarios, el trabajo - si es elegido por uno mismo -, la mujer o el hombre que acompañan nuestra vida - sin son elegidos por uno mismo también -, los descendientes y todas las pequeñas cosas que nos rodean en general pueden dar más placer que un gran viaje, unas largas vacaciones o un premio en la lotería, por poner algunos ejemplos de satisfacción inmediata y fácil. La felicidad, como casi todo lo importante, se encuentra escondida en los pequeños detalles, por muy simples que parezcan, y es invisible por regla general para los ojos. Tan sólo cuando esas pequeñas cosas nos faltan parecemos darnos cuenta de lo que perdimos, de lo verdaderamente importante que eran para nuestra cordura vital.
Uno, que es tan tonto que no lo sabía hasta se le ha ocurrido volver hoy a la rutina para apreciarlo. Así, de repente.
El zorro que quería ser domesticado para tener un amigo reveló al Principito su gran secreto: Sólo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos. Y es que el disfrute en los quehaceres diarios, el trabajo - si es elegido por uno mismo -, la mujer o el hombre que acompañan nuestra vida - sin son elegidos por uno mismo también -, los descendientes y todas las pequeñas cosas que nos rodean en general pueden dar más placer que un gran viaje, unas largas vacaciones o un premio en la lotería, por poner algunos ejemplos de satisfacción inmediata y fácil. La felicidad, como casi todo lo importante, se encuentra escondida en los pequeños detalles, por muy simples que parezcan, y es invisible por regla general para los ojos. Tan sólo cuando esas pequeñas cosas nos faltan parecemos darnos cuenta de lo que perdimos, de lo verdaderamente importante que eran para nuestra cordura vital.
Uno, que es tan tonto que no lo sabía hasta se le ha ocurrido volver hoy a la rutina para apreciarlo. Así, de repente.
8 comentarios:
Nota del autor, que soy yo: Lo de la lotería lo he puesto por ponerlo, porque quedaba bien en el texto, porque sé – estoy casi seguro - que un buen pellizco en la lotería aunque no dé la felicidad cuando menos ayuda un montón a conseguirla.
:)
Sonrío. Porque yo ahora estoy feliz. Distingo, ya que lo permite el castellano, entre ser y estar.
No sé si soy feliz: si me pongo a buscar podría encontrar mil cosas en mi vida cotidiana que no me hacen feliz. Pero estoy tan feliz que no me apetece...
y otros, como es mi caso, huyen de esa rutina porque no encuentran en ella esos pequeños detalles... ¡qué cosas!
Yo creo que, para ser feliz, hay que dejar de pensar en ello.
Sí, lo creo.
Y no sabía que vivía usté tan cerquita de una amiga mía... ¿ésa es Isla de la Toja?
A losviajes.- Pues disfruta todo lo que puedas de esta tregua, como decía Benedetti. Por cierto, si te pones a buscar en tu vida cotidiana... ¿para qué quieres buscar las mil cosas que no te hacen feliz? Busca sólo las otras, esas son las buenas. Seguro que también las hay.
A Rosita.- Pues huye, corre, vuela y no pienses. Y esa foto es de una calle cualquiera de la ciudad donde a veces vivo y sueño. Los que vivimos en los blogs sólo tenemos casa virtual.
Creo que sólo el tiempo consigue que nos demos cuenta, poco a poco de lo importante de esas pequeñas cosas. Artajerjes II, emperador persa, dijo: -¡oh Dioses! de cuantos placeres me ha privado la experiencia de la necesidad- posiblemente sea la ausencia de esas necesidades lo que nos opaca lo verdaderamente importante.
TE leo y encuentro un Alelo antes y un alelo después...Las circunstancias.
¿Felicidad? Creo que nadie en uso de razón ( qué no me lluevan bofetadas) puede manifestarse: plenamente feliz.La felicidad es un momento y los humanos así lo percibimos, por tanto seremos felices un instante, unas horas, pero después volveremos a sentir otra felicidad, y nos durará un poco más...
Un día muy doloroso personalmente, descubrí por un segundo la felicidad cuando salí a la calle y percibí un rayo de sol en el rostro.
Pensó: la vida, la vida tiene más fuerza que la muerte. Y fui feliz.
Un beso
Cierto, quizá el secreto de la felicidad consiste en llegar a apreciar la bondad de la rutina...
:)
Un abrazo!
el zorro hace mucho que fue domesticado... santa domesticadora, santa
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