Llevaba ya algunos días sin escribir en el blog porque no se me ocurría qué decir – ya sé que es muy raro porque yo siempre tengo algo que decir, aunque sea mentira - y el señor que me cuenta las cosas que escribo y vive dentro de mí ni siquiera me hablaba. Es extraño, pero algunas veces, cuando menos lo esperas, noticias externas, un pequeño detalle, factores que debían ser ajenos influyen de tal manera dentro de uno que parece que se olvida todo. Tendemos, por naturaleza, a armar el caparazón y decidimos que “lo demás” no nos va a hacer más daño. Llevo varios días dando vueltas y vueltas por la bobosfera y sólo me he visto en ella como espectador. Un comentario aquí, una mirada allá, … es el máximo rendimiento que he sacado de mi ordenador personal multimedia de última generación con turbopropulsor incorporado.
Pero hoy he despertado. Hoy las noticias me han dolido tanto que no lo he podido resistir. Alguien, que ha perdido una pierna y parte de su vida en un atentado por una bomba ¿mal colocada?, decía ante su Señoría en la Audiencia Nacional una frase conmovedora, desgarradora, helada, hiriente, lacerante, afectada, desconsolada, impresionante, inquietante, emotiva, turbadora, enternecedora… Alguien al que le cambió la vida por la gracia de unos viles asesinos decía: “En mi casa de se hizo de noche y una sombra de pena y tristeza envolvió a mi familia”.
Hemos visto muchos atentados, de un color o de otro, de un país o de otro, de una ideología o de otra, de unos asesinos o de otros,… Estamos vacunados contra todo lo que nos despachan los periódicos, radios y, sobre todo, las televisiones. Parece que nada nos pueda afectar ya. ¿Nada? A mí hoy me pareció, estoy seguro de ello, que Eduardo Madina pronunció la frase más descriptiva que acaso se pueda hacer sobre los daños que provoca el terrorismo.
“Tanto él como su padre y su madre sufrieron una profunda depresión. Su padre y él la superaron, pero su madre murió a los 10 meses de un infarto, que Madina achaca al atentado. Todo ello unido a los padecimientos morales padecidos durante y después, que se contraen no sólo a su persona, sino también a su familia más cercana".
Y mientras tanto, dos hijos de Belcebú, encerrados en una jaula como fieras, asesinos despiadados, sin posibilidad alguna de rehabilitación, reían y reían sin parar.
Ahí dejo la foto como prueba de lo que digo.
1 comentarios:
¿sabes porqué reían..? pues es muy sencillo es que ellos son Rh negativo. Ese es un factor que hace que algunos se crean diferentes, que están por encima del bien y del mal, que les da derecho a decidir quién vive y quién no debe vivir... En definitiva, como bien dice Rh (raciocinio "humano") NEGATIVO
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