En la Sierra de Tormantos el verano no consiguió borrar el verde.
No pudo con la lozanía de su paisaje primaveral.
A 1.200 metros de altitud, o más, la mirada es diferente: Es plácida, descansada, eterna…
Generoso el septiembre de los pies de las estribaciones de Gredos.
La mora en el zarzal.
El higo en la higuera
La uva en la parra…
… y el cítrico engordando para el gélido diciembre.
1 comentarios:
Qué lástima: hubiera podido estar la mora en la higuera y el cítrico en la parra.
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