Soledades


Siempre estoy preguntándome por qué tuvo que irse. Desconozco la causa por la que se alejó, qué fuerza poderosa lo atrajo hacia otra parte tan distante de mí.



Si él estuviera aquí, mis noches no serían tan largas y sus oscuras sombras tan densas y pesadas. No estaría tan sola si él estuviera aquí, la soledad se disiparía con el calor de su compañía. Si él estuviera aquí, el tiempo no pasaría como si cada segundo fuera una eternidad en la que ahogarse.




Con la tenue luz de la noche, que se filtra por el ventanal, adivinaría la forma de su cuerpo, relajado, entre las blancas sábanas. Mis dedos rozarían, curiosos, su tibia superficie y él, medio dormido, me abrazaría fuertemente para que no me ausentase de su lado. Acercaría mis labios a su quieto respirar, reposaría la cabeza sobre su pecho, siempre podría despertarle suavemente, simplemente para decirle “te quiero”.




Su sombra sería mi sombra, no habría otras sombras que se interpusieran entre las nuestras. Su vida sería mi vida, yo sólo estaría pendiente de él, viviría por él. Si él estuviera aquí, el paso del tiempo, mis arrugas, mis canas, estarían suavizadas con el bálsamo de sus besos, con sus mimos, con sus abrazos y yo no esperaría ávida de sus labios, de sus formas, de su compañía, de su calor.




Si él estuviera aquí, yo nunca estaría sola.



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Lo encontré en un cajón. En casa de mi madre.




4 comentarios:

alelo dijo...

... y me entristecí.

PIL dijo...

aaaaa alelo
aaaaa alelo
aaaaa alelo
alelo
alelo
aleeeeloooo..ó

es que estas hoy francamente un tanto sentimental

aldara san lorenzo dijo...

Mi buen, buen, buen alelo.
Un beso.
Con el corazón.

ia

Anónimo dijo...

Me emocioné leyéndolo. Gracias por este texto.

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