Las rutinas me traen de nuevo al lugar del que nunca debí salir. Indigestas comidas, compras con prisas y embarulladas, regalos equivocados que no se pueden cambiar porque sus Majestades ya están de regreso en Oriente - y porque la mujer que domina mis sentimientos sin darme cuenta lo primero que hace es tirar todas las cajas -, la crema anti-arrugas que sustituye poco a poco a la colonia de todos los años – espero que no se me quede la cara como a Tita Cervera -, el castillo infernal de cuatro pisos del Dragón Rojo de Playmobil que ocupa, al estilo “Bricomanía”, mi día de Reyes – me sobran piezas otra vez – y la mesa donde se supone que tendría que estudiar el mediano, los caramelos asesinos de la cabalgata - ¡Cómo dolían este año!… Todo eso ha pasado, todo eso ya es historia.
En el bendito trabajo descubro que a los amigos internautas les han traído muchas cosas los Reyes Magos, que en contra de lo que se cree no somos los padres. A mí no. A mí me han dejado un pijama y algunos libros: el de “Perezreverte” de todos los años – esta vez matando gabachos por doquier -, El fin es mi principio de Tiziano Terzani, Adiós Cataluña de Boadella y la guía Campsa con cederrón incorporado – con este libro he de reconocer que me mosqueé un poco porque a mí no me hace falta una guía para perderme. Me basto y me sobro yo solito para perderme tranquilamente -.
Pero el mejor regalo no me lo esperaba: Me han traído un coche. Sí, lo siento por vosotros, pero este año han sido muy generosos conmigo. Me han traído un maravilloso Suzuki Swift amarillo. Y digo que lo siento porque he comprobado que no os han traído más que cosas triviales, zarandajas y regalos sin importancia. A mí no. Yo me porté muy bien y me han sorprendido con un vehículo adecuado a mis características urbanas: un maravilloso utilitario de color amarillo. Me han traído un flamante coche… De escalextric, eso sí, pero un coche al fin y al cabo. Y sin Plan Prever, que todo hay que decirlo.
Aquí el que no se consuela es porque no quiere.
Ahí os dejo la prueba de lo que digo:
¡Feliz rutina a todos los hombres y mujeres de buen corazón! Os la merecéis. Seguro.
2 comentarios:
A Hammilton le regalaron ayer los de Mclaren Mercedes un MP4-23, pero el tuyo es mucho más chulo y seguro que no nos da ningún disgusto el año que viene. Enhorabuena, todo un regalazo
¡Qué estupendo! Así puedes romper la rutina echando alguna carrerita que otra.
En cuanto a perder piezas... Hace apenas dos horas que apareció en un cajón de mi casa el i-pod que los Reyes no pudieron encontrar la madrugada del 5... Que digo yo que Reyes serán todo los reyes que tú quieras, pero de Magos deben tener poco, o ese día les falló la bola... Vaciaron tres veces un armario y nada, que el dichoso i-pod seguía sin aparecer.
¡Que disfrutes mucho tu automóvil!
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