Voy de cabecera en cabecera, de titular a titular, salto de uno a otro sin darme cuenta. Nada, que no me entero... “El fin de los contratos de Navidad afecta negativamente la capacidad de generar empleo”, dice un periódico. Un buen dato, sí señor. La capacidad de generar empleo es la que tiene la culpa de que la gente se quede sin trabajo. ¿Acaso no es la campaña de Reyes, entre otras miles de cosas, la que tiene la culpa? Todos los años, para atender la lluvia compulsiva de “regalantes” desesperados y otras especies raras que todavía creen en Papá Noel y en la magia de la Navidad, se contratan a tropecientos individuos para esa campaña y después… después a la calle, como siempre. Nada nuevo bajo el sol.
Sigo… “El paro crece en Extremadura la mitad que en el resto de España”. La noticia pretende ser positiva, pero me da la sensación - una ligera sensación, eso sí - de que no lo es porque aunque parece bueno que en Extremadura sólo crezca la mitad que en el resto de España - ¡somos los mejores! -, lo único cierto es que el desempleo ha crecido. Y más que otros eneros. Aunque, eso sí, la mitad que en los demás sitios. ¡Que se fastidien los demás! Aquí el que no se consuela es porque no quiere…
El tercer periódico sigue sin aportarme nada: “La confianza de los consumidores, la más baja desde el 2004”. Y digo yo: ¿para qué vale la confianza de los consumidores? ¿Acaso nos tienen en cuenta alguna vez? ¿Soy yo un consumidor digno, padre? ¡Ah!, los consumidores deben ser unos seres humanos que han engrosado últimamente las listas del paro y allí, en esa lista, se han vuelto unos desconfiados. No es para menos. ¡Será posible!
El cuarto diario sí me da parte de la clave que estoy buscando: “El paro registra su peor mes de enero del último cuarto de siglo”. Ahora sí, ahora el paro ha bajado. Seguro. ¿No? Si es el peor dato es que hay menos desempleo o ¿es al revés? Esto no hay quien lo entienda…
El quinto periódico ya no habla del desempleo ni por asomo. Se despacha con un “Caldera – que tiene que ser un Ministro relacionado con todo esto - se desmarca de la preocupación de los agentes sociales por la evolución del paro”. Los agentes sociales, dice… A estas alturas de lo que leo es donde reflexiono tranquilamente: aunque evolución es una palabra positiva – excepto la del hombre, que nos ha llevado a los niveles en que nos encontramos -, creo que la palabra evolución asociada a la palabra paro no es buena, aunque todavía no lo tengo claro del todo. Voy a seguir…
¡No! ¡Ya no miro más periódicos! ¡Hala! Por si alguno no se ha enterado todavía: ¡Ha subido el paro! Y tiene que haber subido mucho porque los periódicos camuflan el dato de maravilla. Que lo sepáis. A lo mejor pretenden que no nos enteremos de nada… A lo mejor piensan que somos tontos. A lo peor tienen razón…
¿Por qué los medios de comunicación, que para eso son medios y son de comunicación, no nos cuentan las cosas como son? ¿Por qué no se limitan a darnos los datos cuando sólo hay que dar datos? Después, nosotros, que para eso hemos estudiado, sacamos nuestras propias conclusiones. Sería más fácil. Digo yo.