…Se me olvidó el tic-tac. Ese mágico tic... Aquel seco tac... Cada niño pasaba por sus piernas, uno a uno, sin prisas, y en un ceremonioso ritual él extraía del bolsillo del chaleco una caja embrujada, aquel objeto sujeto a una cadena metálica, aquel artefacto que nos hacía abrir la boca sin darnos cuenta… ¡Ábrelo ya, abuelo! era todo lo que acertábamos a decir. Entonces reía y abría la tapa acercando con parsimonia el extraño y brillante reloj a la oreja… Entonces sonaba el tic… Entonces sonaba el tac… Tic-tac… Tic-tac… Tic-tac…
El orden del tiempo
-
Este libro es una joya.
En poco más de 150 páginas, más otras treinta de notas breves que acreditan
el rigor de lo afirmado, Carlo Rovelli, especialista en...
Hace 16 horas
2 comentarios:
La ceremonia de fumar un cigarro después de cenar.... Tiempo de suave charla.
Esos Tic-Tac, no creo que se olviden, sólo se retiran cuando no les damos importancia para salir a relucir cuando de verdad necesitamos de su recuerdo. Gracias por las visitas y los ánimos. Es un placer pasear por este jardín respirando aromas de recuerdos.
Publicar un comentario