Les oí decir que traían remedios, remiendos y consuelo para los males del mundo… mas me pesó no encontrarme enfermo en ese momento. Les oí vender conjuros, sortilegios y embrujos para que olvidáramos nuestros pesares… pero no me hicieron falta porque siempre me consideré un hechizado y un maldito. Les oí cantar y contar bienaventuranzas por todos los foros y plazas del país… pero era tarde porque la afonía me ahoga desde hace tanto que ni me acuerdo.
Y les vi levantar los brazos en señal de alegría… Y les vi pedir un trozo de nuestra voluntad, sólo un pedazo decían, tan sólo por un instante dominical… Y les vi actuar en aquel teatro de sueños irrealizables que cierra de forma y manera invariable el telón un día después cada cuatro años, un lugar donde descansan olvidadas las promesas rotas e incumplidas, un teatro en el que nadie, nunca, jamás, pase lo que pase, pierde…
Les oí cambiar la verdad, mi verdad, que es la única que entiendo. Les vi camuflarse entre la gente para que no supiéramos qué era lo que escondían. Les sentí, como yo sólo siento, cuando arengaban a las masas con fantásticas propuestas vacías y maravillosos logros de plastilina para comprobar, finalmente y de nuevo, que el asenso del ser humano tiene un precio y que sólo oímos lo que queremos escuchar. Lo demás no nos interesa.
3 comentarios:
Definitivamente, Nos han "tomao" por tontos.
Un abrazo
impresionante descripcion del mundo político. enhorabuena.julius
Estoy con Ricardo, si es que nos ven la cara!
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