Me aburre


Me aburre. Me cansa todo lo que huela a campaña electoral: Cejas maquilladas en exceso y trajes sin abrochar para que se vea la corbata de la suerte, defensores del título interrumpiendo una vez sí y otra vez también, aspirantes sin respuestas a preguntas elementales, deformación de realidades y creación de personajes ficticios... Posiciones divergentes que hasta el más tonto conoce de antemano. Debates encasillados en absurdos parámetros y teledirigidos a espectadores que nos lo tragamos todo. ¿Acaso creen que voy a cambiar mi voto? ¿Acaso creen que no analizo críticamente los hechos y deshechos de unos y otros durante los cuatro últimos años o más? ¿Es que creen que somos marionetas de trapo? Lo malo, lo peor, lo más triste… es que a lo peor tienen razón. Y sí cambiamos el voto por esas poses televisivas, por esos datos macroeconómicos sesgados que a ambos cuadran, por ese saber estar o no durante una hora delante de las cámaras, por esas encuestas parciales e interesadas que diariamente despachan los medios de influencia – perdón, quise decir de comunicación -, por esa forma de presentar al personaje que representan. Nos piensan borregos. Y tristemente podemos llegar a ser tales.

Cientos de miles de euros gastados por cada partido político en mítines que tienen como único objetivo captar una gran frase, una buena frase, una frase grandilocuente para quince tristes segundos de un telediario o "terrordiario", que yo creo que son lo mismo. Grandes vallas publicitarias con una cara retocada por los “fotochós” para crear un persona distinta al humano que vive y al que aspira a vivir en La Moncloa. Una cantidad ingente de banderitas, mecheros, llaveros y tontunas varias que supongo cuestan una fortuna al total de los españoles, voten o no, piensen o no, se manifiesten o no… ¿De donde salen esos dineros?

No quiero participar en este teatro de mentiras. No quiero ser el payaso del circo. No quiero que se gasten nuestros cuartos en decorados franceses para debates encorsetados y pactados contractualmente de antemano, ni en artilugios o artefactos publicitarios que a partir del domingo no servirán para nada.

Aspiro a ver un día frente a frente a los dos candidatos - o a más si es que existen - delante de una cámara – o de un micrófono -, sin presentadores, sin decorados, sin guiones, el uno frente al otro, en un dialogo total que transparente sus ideas de forma definitiva y su forma de encarar las realidades nacionales de una forma nítida, creíble. Sin papelitos con índices coloreados y sin tanto maquillaje del caro.


¡Qué alivio!… Si no lo digo reviento… Se me estaba poniendo la cara ya como al niño del anuncio de Wolkswagen.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿ahora te aburre?

pues lo podías haber dicho hace 4 años y no me ando troleandote el blog

¿quien ganará? ¿el cuernicejas o el "barbilampiño"?

Aburrir no, espectáculo del bueno, jamás he visto tan literal aquello de mentir y besar niñ@s.

Por cierto lo de la niña del exorcista sigo yo sin entenderlo, aunque le quedó muy progre.

¿Y el Madrid? ¿otra vez campeón de Europa?

Anónimo dijo...

Estoy contigo.julius

Juan Carlos dijo...

Pues sí, a mi también maburre, pero yasacaba.... afortunadamente.

Alea jarta est.... y yo yambien estoy jarto, muuu jarto

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