Ladra ( I )


Soy un viajero que busca cachivaches, chismes, cacharros o trastos entre el gentío para adornar lo superficial de una estancia lejana... Soy un turista que husmea entre la quincalla, fruslerías o baratijas esparcidas sin piedad por el solado de cantería y así atusar mañana un rincón de cualquier otra parte… Soy un paseante que observa despacio las chucherías, cuchufletas, bagatelas o tonterías que rellenan los huecos del solar de las antigüedades. Soy un aventurero que después de haber visto por entero lo que se puede ver se sorprende con birrias, menudencias, nimiedades, minucias o cualquiera de las naderías que pueblan las calles de la Vieja Dama. Todo se vende en el mercado de la vida, menos el alma. Todo se negocia en el lugar donde habita el recuerdo tranquilo, menos el sentimiento. Todo se trapichea en Ladra, menos lo que ha de permanecer anclado en la vieja ciudad para siempre: Su nombre es saudade y vive en Lisboa.

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