Con un viejo gabán como envoltorio, bajo la sombra de un sombrero que esconde la verdad y detrás de unas gafas que han visto demasiado, siempre hay un movimiento junto al hombre que amaba la quietud. Dame una palabra que describa lo que veo. Véndeme una expresión que explique lo que siento cuando piso aquellas calles. Flota en el agua la vieja ciudad mientras tú te hundes entre alcohol y poesía, entre soledad y mentiras. Te irás pronto, lo sé. Lisboa, minha amada, no olvides que los recuerdos descansan en el baúl de otro siglo, en un primer piso de Campo de Ourique.
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